Parece ser que el siguiente paso en la censura impuesta en Venezuela por parte del gobierno de Hugo Chávez es el internet. El sábado pasado explicó que «no debería ser un espacio donde la gente hace y dice lo que quiera» aparentemente a partir de que el sitio Noticiero Digital cuando dos usuarios recien registrados en el foro informaran la muerte del Ministro Diosdado Cabello.

Pero puede ser una simple excusa de algo mucho más grande: las redes sociales, especialmente Twitter y Facebook se han convertido en un fuerte canal de comunicación, especialmente por quienes no están de acuerdo con las acciones del gobierno, para expresarse y para comunicar lo que el gobierno no quiere, necesariamente, que se sepa.

Chávez es el último de una larga lista de políticos y gobernantes que pretenden regular lo que sucede y no sucede en internet. Lo cual es total y completamente imposible. Aún cuando se obligue a los proveedores de internet en Venezuela a bloquear ciertos sitios de forma arbitraria (como sucede en China o como se pretende que suceda en España), los proxys, los VPNs y otras herramientas para mantener la privacidad, se saltan cualquier censura impuesta por gobiernos.

Twitter, especialmente, ha jugado un papel importantísimo en la lucha por la libertad de expresión en Venezuela (en contra de los intereses particulares de Chávez y sus seguidores) especialmente desde agosto del año pasado cuando miles de venezolanos usaron el hashtag #freevenezuela y #freemediave para protestar en contra del cierre de una docena de estaciones de radio en el país.